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Dinast�a de los Austrias


Con Carlos I comienza el reinado de la dinast�a de los Habsburgo, o Casa de Austria, con la que Espa�a conocer� su mayor expansi�n territorial gracias a la conquista de extensos territorios en Am�rica y otras colonias de ultramar. Adem�s, el rey Carlos V (Carlos I de Espa�a) fue coronado Emperador del Sacro Imperio lo que a�adi� extensos territorios europeos a la corona; posteriormente, Felipe II, aumenta sus territorios en Am�rica y ci�e la corona de Portugal con sus territorios de Ultramar, iniciando la breve Uni�n Ib�rica que se convirti� en la mayor potencia econ�mica y militar del mundo.
 


En el XVI el vino de Lepe se sigue exportando a Inglaterra as� como el de M�laga, pero indudablemente es el Jerez el caldo de los caldos, por lo que sabemos seria el tipo de vino que se producir�a de forma predominante en la zona ,adem�s de los tipo dulce y tinto.

Shakespeare pone en boca de Sir John Falstaff (1597) un elogio memorable del saca jerezano :
 “Un buen jerez posee doble virtud: nos sube al cerebro, nos seca los vapores necios y torpes que en crudo lo envuelven; procura un entendimiento raudo, vivo, ingenioso, rico en sutil, fogosa y encantadora fantas�a que a trav�s del verbo origina el mejor ingenio que exista. La segunda virtud de nuestro excelente jerez : os calienta la sangre; la cual anteriormente fr�a y mustia comunicaba al h�gado ese blancor, esa palidez que es el emblema del apocamiento y la cobard�a; mas el jerez la calienta y la hace circular del interior a las extremidades. Ilumina el rostro y este, como un fanal, toca la alerta para todos los ciudadanos de ese min�sculo reino que es el hombre; y tanto las tropas vitales y los peque�os esp�ritus del interior acuden hacia el coraz�n; que engordado y lleno de tal escolta ejecuta todo acto de bravura; es del jerez del que le viene esta valent�a. (...)Si tuviera mil hijos, les infundir�a como primer principio de humanidad el de renunciar a los brebajes sin fuerza y entregarse al sack”.

En el XVIII se puede decir que en todas las comarcas andaluzas en los que las condiciones de terreno o climatolog�a lo permit�an existieron vi�as y producci�n de mosto o de vino. Los vinos andaluces son tan apreciados en el exterior que consiguen una envidiable implantaci�n fuera de nuestras fronteras hasta el punto de no experimentar con tanta fuerza la crisis que sufri� Espa�a en el XVII.